Moritz EBiNGER
Trabajo desde hace muchos años como artista visual en Holanda, siendo de origen Suizo. Gracias a la libertad que el arte me ofrece, puedo experimentar con todos los materiales y formas de expresión. Aprovecho al máximo esta posibilidad. Knäckebröd, baile, tinta china, performance, huesos de caballos, cajeros automáticos, radio, dibujar, teatro, papel, oro, cobre, fotografía submarino, Internet, neón, cine, agua, etc.
A veces estoy silenciosamente dibujando en mi taller, otras veces estoy montando y desmontando una instalación grande en situ o hablando por la radio.
Me gusta trabajar, organizar y exponer. Me expreso y expongo en lugares diferentes: tanto en un teatro, la calle o museos, como en una iniciativa de artistas, esto es importante para mi y armoniza con mi manera de ser.
En el trabajo se filtran influencias como por ejemplo la elegancia, la confusión, acción, poesía, e ironía. Como un ciempiés autónomo y rebelde aporto una y otra vez ideas para el rompecabezas que es el arte.
Soy consciente de que el arte no puede acabar con la guerra, el hambre o la miseria en el mundo. Si sé que el analfabetismo, la apatía y la estupidez son un caldo de cultivo para esto. Por esto doy mucha importancia a que el contenido, el espíritu y la poesía de mi arte se entienda.
Mi arte inspira o toca el espectador visceralmente en la mente, el abdomen y la medula, y así el arte puede significar dar un paso en la buena dirección.